Esta pandemia ha dejado una clara visión de la enseñanza reglada en nuestro País. Seguimos impartiendo asignaturas y temario como hace casi 50 años. Es cierto que hemos añadido pizarras digitales, ordenadores, tablets…pero son más herramientas para el aprendizaje. El problema lo encontramos en las formas y contenidos.
Durante estos meses de confinamiento muchos docentes se han dado cuenta de la importancia de un cambio en la Educación. Pero ese cambio debe comenzar por revisar el currículo: miles de contenidos que se repiten a lo largo de la etapa escolar, mejorar la calidad de los mismos llenándolos de sentido para la vida. Paralelamente a esto, se debería revisar las materias que se imparten en las Universidades que forman a docentes:
modernizar y actualizar las formas de enseñanza-aprendizaje con metodologías que mejoren la motivación de los alumnos y generen mayor eficacia para un aprendizaje duradero.
Estamos muy arraigados a la idea de uso de libros para seguir unidades y abrir el libro por página y actividad correspondiente. El libro debería ser una herramienta más, a modo de material de consulta que provoque el interés del alumno por buscar información al igual que un ordenador o una tablet. El maestro o el profesor, deberían ser los guías que van proporcionando al alumno las técnicas para leer, descifrar, pensar, criticar, dialogar, aportar ideas, innovar, trabajar en equipo, etc…

Este virus COVID-19, que nos llevó al confinamiento, nos ha obligado a modificar temarios, metodologías y teniendo a nuestros alumnos pegados a una pantalla.
¿Qué herramientas hemos utilizado durante el confinamiento?
- Classroom de google
- Google meet o zoom.
- Grabaciones con el móvil, enviando a las familias vídeos y audios.
- o simplemente email con las páginas del libro que tenían que hacer y leer.
La metodología a utilizar ha dependido de dos cosas: los medios que las familias tenían y la poca o mucha motivación del profesorado para llegar a sus alumnos.
Cada uno ha ido dando lo mejor de sí mismo. Pero esto está pasando factura.
Los docentes vemos cómo van y vienen leyes de Educación, sin pausa, sin acoplarse del todo, sin llegar a evaluarse y ver realmente qué necesidades tiene nuestro País con la Educación.
La Educación es el conjunto de vidas que habrá en el futuro: arquitectos/as, médicos, maestros/as, ingenieros/as, basureros/as, cajeros/as, empresarios/as, enfermeros/as, informáticos, celadores/as, bomberos, policías, políticos/as,farmacéuticos/as,etc…
Lucía López-Quiles
¿Cuándo se establecerá una ley que contemple lo que realmente se necesita en la Educación y no lo que los políticos necesitan?
Este COVID_19 ha traído muchas desgracias, y sigue siendo una pandemia que ha anulado parte de nuestra libertad. Pero por otro lado, ha sacado la necesidad de LIBERAR a la EDUCACIÓN y dotarla de nuevas perspectivas que mejoren la motivación del profesorado y de los alumnos.